Los buenos siempre estarán....

Recuerdo una mañana de  Domingo, hace ya muchos años , paseando por un oasis de mi ciudad había unos puestos ambulantes, como siempre, me acerco a investigar, marujear, y de paso si veo algo pues lo compro. Era de la Asociación Vicente Ferrer, me paré, observé, lei, y me maravillé. Ví un sari hermoso, preparado para colgarlo quizás en la pared, y no pude resistirme a comprarlo. Fué caro pero mereció la pena, desde aquel momento, me interesó todo lo que Vicente Ferrer hacía, soñaba con irme a la India, ayudar....

Lo dejé de lado, ya no tuve tiempo para seguir en eso, y aunque estuve en una ong de muy joven como siempre, las costumbres sedentarias del ser humano, te marcan otro camino distinto. Hoy he sentido nostalgia, me he acordado de aquel momento, y en aquel momento cuando lo compré solo pude pensar que con esa acción posiblemente ayudaria a alguien.

El sari sigue guardado, en ocasiones lo saco, y lo extiendo en mi cama, lo miro los dias que está expuesto, y vuelvo a guardarlo, en su caja, para poder sacarlo en otro momento cualquiera.